Casos

Cruz dejó de escribir sus crónicas y ahora me corresponder contarles que sucedió después de que Lucía murió. Me permito decirles que años después de los eventos ya narrados, a las cinco y treinta de cada mañana, el reloj despertador sobre el buró se encargaba de despertar a Cruz Vera y a Gabriela Urquizo, pero también a sus hijos.