He estado leyendo Cazadores de microbios, escrito por Paul de Kruif, un bacteriologo con delirios de escritor. El libro peca de rimbombante con cada uno de los personajes que en el se incluyen, no por eso se vuelve pesado. De hecho es una lectura muy amena y la recomiendo para aquél que estudie alguna ciencia en algún nivel o cualquier área. Son historias verídicas sobre la vida de los bacteriologos destacados en la historia, desde Leeuwenhoek, un anciano medio obsesivo con las lentes de aumento que hizo los primeros registros sobre vida microbiana, hasta los contemporáneos de Paul que comenzaron a erradicar a estos bichos. Lo mejor del libre es su propio pecado: es motivante y educativo. Aún no lo termino, estoy a unas cuantas páginas del final y aunque siempre es triste terminar de leer un libro, este en particular deja un excelente sabor de boca con la ciencia y la historia. Ideal para científicos desmotivados o para estudiantes que aún no se deciden a que estudiar. Lástima que de Kruif no vivió hasta estos días en los que la ciencia de la que es narrador ha alcanzado otras cimas más altas. No es lo mismo leer una biografía que leer la historia de un Cazador de Microbios, porque es exactamente eso, una historia de un cazador cuya presa no puede ver, que se esconde, que se maquilla, que posiblemente no exista. Háganse un favor y lean Cazadores de microbios.
El extraño caso del Dr. Martín y Mr. Juan 